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Pero bueno, estábamos con los venados y su berrea en agosto. Como decía, los que viven el campo de forma permanente saben que en agosto ya se escucha berrear de cuando en cuando a algún macho por nuestras sierras. Esto es fruto del aumento de la melatonina en sangre tras el descenso sutil de las horas de luz después del solsticio de verano, allá por el final de junio. Esa hormona la regulan las horas de luz, y su aumento supone, a su vez, un aumento de la testosterona en los machos, que lleva primero a detener el crecimiento de la cuerna y su limpieza del terciopelo que la cubre, y luego a desencadenar todos los procesos vinculados a esta hormona masculina.
LAS UNIONES DE MACHOS SE ROMPEN
El primer efecto es que ya no se tolerarán entre ellos y los grupos de machos que hemos visto durante toda la primavera y el inicio del verano se disuelven, al menos para la fracción de machos adultos de más de 4-5 años. Los ciervos tienden a segregarse en grupos de hembras y machos a lo largo de la mayor parte del año. Posible mente esto sea debido a un comportamiento asociado a la alimentación, que es ligeramente distinta entre los machos adultos y las hembras con crías, prefiriendo estas últimas la hierba a los brotes de leñosas. Pero incluso esos grupos sufren variaciones a lo largo del año y la llegada del celo rompe las uniones de machos.
En el ciervo esto va asociado de nuevo al aumento de la testosterona, que los lleva a empezar con las peleas para definir un status social y prepararse para defender un harén. Todavía no serán peleas con la intensidad que veremos en el verdadero momento del celo, cuando haya hembras calientes cerca, pero sí son test de fuerza de unos y otros. Estos grupos se van a reformular una vez pase el celo y los machos pierdan interés en el otro sexo, pero de momento, desde que pierden el terciopelo y la testosterona se dispara, lo que ocurre en este mes, la fuerza del venado se manifiesta en soledad.
Al igual que era raro ver a los ciervos fuera del monte en los meses de primavera, cuando sus cuernas estaban en crecimiento, ahora que ya las tienen limpias no encuentran problema en salir a comer a cualquier siembra que les permita llenar la panza.
CLAVES SOBRE EL SUPLEMENTO DE COMIDA
Volvamos a la importancia de la alimentación y la berrea, que ya dije que no era el factor que la desencadena pero sí uno de los más relevantes para su temprano desarrollo. En este tipo de años en los que la sequía ha pegado fuerte, habrá muchas fincas que deseen alimentar a sus ciervos para paliar con el ‘saco’ lo que no ha aportado el monte. No estoy en contra de ese tipo de soporte vital, aunque creo que una finca bien gestionada en cuanto a números no necesitaría aporte alguno.
Lo que sí resulta crucial es cómo aplicamos ese suplemento, porque puede tener consecuencias importantes en nuestra población, en nuestros machos y, por ende, en la berrera que vendrá. En primer lugar, hay que recordar que poner en un mismo punto, concentrados, a diferentes machos con niveles de testosterona altos, supone invitarles a que se aticen entre ellos. De hecho, en los cotos en los que en verano se suplementa comida en unos pocos lugares, las roturas de cuernas son mucho más importantes que allí donde no se suministra alimento o donde se hace en muchos puntos diferentes.
Ciertamente es mucho más cómodo suplementar en un par de sitios abiertos, sin bajarse casi del todoterreno, que hacerlo en una multitud de lugares bien separados. El guarda prefiere el primer sistema porque en un pispás ha terminado su tarea. El buen gestor debería optar por ampliar hasta el máximo posible los puntos de alimentación, con el objetivo de mantener los animales bien separados y distribuidos por todo el coto.
Además de la rotura de cuernas, una concentración de reses en los comederos de verano puede suponer un punto de infección cruzada entre animales que aumente los riesgos sanitarios que de por sí tiene una población necesitada de suplemento. Muchas reses juntas es el mejor caldo de cultivo de las enfermedades contagiosas.
INFLUENCIA EN LA BERREA
La separación de comederos puede influir en cómo se comporta el venado en la futura berrea, puesto que ellos van a buscar los lugares donde se concentran las ciervas para te ner acceso preferente. Si lo hacen en pocos puntos, en lugar de defender un harén, como es natural, defenderán un territorio en el que sepan que van a encontrar las hembras de forma preferente.
Cuantos más puntos de alimentación, más sencillo será que los venados se vinculen a un grupo determinado de hembras y no a un punto concreto en el territorio, lo que nos ayudará a poder acceder en la futura berrea a todos los venados de la finca. Si tenemos machos defendiendo las mejores zonas, puede ocurrir que los grandes venados prefieran quedarse en lugares de paso dentro del monte, por lo que nos costará verlos. No es siempre el mejor venado el que se queda con esos comederos como territorio.